Las escuelas son el primer espacio social público donde las y los estudiantes interactúan cotidianamente con la diversidad humana. Sin embargo, las oportunidades de participación en este espacio no son iguales para todas y todos. Múltiples sistemas de opresión y poder, tales como el machismo, el adultocentrismo y el racismo, entre otros, moldean y restringen las posibilidades de participación efectiva que tienen los niños, adolescentes y mujeres, siendo esta limitación aún más grave en el caso de niñas y aquellas personas de identidades de género u orientaciones sexuales disidentes.

El género es una de los primeras categorías que se constituye como elemento ordenador y jerarquizador de la experiencia humana, configurando relaciones de poder, históricas y socioculturales entre mujeres, hombres y disidencias sexo-genéricas. Esto implica que en el espacio educativo niños, niñas, jóvenes y adultos reciben tratos diferenciados y son sancionado/as si no cumplen con los roles y estereotipos que la sociedad les asigna según su sexo biológico. En este sentido, profundizar en aquellas formas que toma el vínculo entre educación y género constituye un asunto urgente para la construcción de culturas democráticas y garantizadoras de derechos.

En esta 5ª versión de la Escuela de Invierno proponemos que la perspectiva de género implica una forma particular de leer el mundo y las experiencias cotidianas. Desde esta mirada, los posicionamientos de género son construcciones sociales que no son destinos fijos sino que pueden transformarse. Este enfoque se orienta a la consolidación de un orden social más justo en el que confluyen diversas corrientes y posturas que conllevan múltiples modos de comprender el género y las relaciones entre los géneros.

En este escenario, resulta clave que la escuela pueda avanzar en el desmantelamiento de los sistemas de opresión que reproducen la desigualdad, desde una perspectiva interseccional. Esta perspectiva posibilita relevar y exponer aquellos sistemas de discriminación y desventaja que se dan como consecuencia de la interrelación de múltiples marcas identitarias, invitando a las comunidades educativas a reconocer que las personas viven identidades complejas, las cuales se derivan de las relaciones sociales en que se encuentran inmersas, sus trayectorias vitales y la operación de estructuras de poder.

El Centro Eduinclusiva plantea que la escuela y el sistema educativo disponen de un potencial enorme para cuestionar y transformar la desigualdad de relaciones, normas y prácticas sociales y de género. En este sentido, propone fomentar la igualdad de género en la escuela y las comunidades con perspectiva democratizadora en tanto valor y derecho humano fundamental, promoviendo la reinvención de nuevos horizontes de mayor justicia social.